En el corazón de la India, hubo una vez un joven llamado Antilava. Este joven era muy afortunado, ya que poseía una habilidad única: podía encontrar joyas escondidas. Un día, mientras exploraba en las montañas, Antilava descubrió una fuente de riquezas mágicas que lo transformaría para siempre.
La leyenda dice que en un lugar llamado Shangrila, habitaba un dragón esplendoroso. Este dragón guardaba un tesoro de dinero mágico que nunca disminuía. Antilava decidió enfrentarse al dragón y reclamar este tesoro.
Después de una intensa batalla, Antilava derrotó al dragón y se convirtió en el guardián del tesoro. Desde ese día, Antilava y su familia vivieron en la prosperidad y la felicidad. |